Escribir es elegir y ordenar las contradicciones, aprender a
vivir con ellas. Y la contradicción es la supervivencia que asoma entre sujeto y predicado.
Una de las pocas que nos permiten conservar la salud mental. Muchos de los
trastornos de la personalidad están relacionados con la contradicción ausente.
El loco solo tiene certezas, lo cual no significa que el cuerdo deba renunciar
a ellas. Intentar suprimir las contradicciones es otro de los fenotipos de la
conducta profunda. Con el tiempo he descubierto que mi particular orden de la
contradicción –aquello que podríamos llamar coherencia– consiste en apreciar las
relaciones ajenas. Quizá me sobren neuronas espejo. Identifico y asumo mi contradicción
en los demás, sobre todo en las personas que admiro.
Hay determinados lugares donde esa asunción se convierte en
emoción. En uno de los fragmentos del Libro
del desasosiego podemos leer esta consecutiva: «Siempre que veo un gato al sol, me recuerda
la humanidad». En otro arte y en otro tiempo, en los planos séptimo y octavo de
Voci nel tempo (Voces en el tiempo, Franco Piavoli, 1995), vemos los siguientes fotogramas:
Franco Piavoli es uno de mis cineastas favoritos, Fernando
Pessoa son los escritores que casi siempre prefiero. La relación no es directa,
no son los versos lucrecianos de un
planeta azul, ni las rimas lunares de Leopardi. No quiero ver la letra y la
imagen como un silogismo. Tampoco entrego a la astrología –ambos son géminis– la
explicación de esta doble efe pe. Me interesa la forma que encontraron Piavoli
y Pessoa, por separado, para ordenar un mundo que se resiste a ello. Pessoa ve
y piensa, Piavoli filma y enseña. La letra del portugués es transitiva, sus
verbos generan y se transfieren a sus
complementos. La imagen del italiano es indirecta: el gato al sol, el bebé
sonríe. En este último caso hay que interpretar la coma que separa y que une las
imágenes, el lugar oscuro del pensamiento. Qué duda cabe, Piavoli enlazó estos
dos planos por una razón cercana al sentimiento de Pessoa.
Aceptar la imagen del bebé sonriendo como tropo de humanidad
parece cabal. Sin embargo, la crianza no es un acto específico de lo humano. Con
su higiene, su protección y su cariño es un modo compartido por gran cantidad
de especies. Y mucho se ha discutido sobre la exclusividad humana de la (son)risa.
Ser cuidados y sonreír no basta para contestar a la pregunta de Ridley: ¿qué
nos hace humanos? Para hacernos una idea debemos acudir a la biología
evolutiva. Siguiendo las lecciones del profesor Matsuzawa, hay un elemento de
apariencia intrascendente que nos diferencia del resto de primates: la postura
decúbito supino estable. Chimpancés, bonobos y gorilas, por citar a los tres parientes
más cercanos, solo pueden adquirirla de manera forzada y eventual. Su postura
natural es el agarre vertical al tronco de la madre. En la vida salvaje, la
posición decúbito supino no es símbolo, sino signo de desprotección y sumisión.
La capacidad humana para mantenerla proporciona –según Matsuzawa– ventajas
decisivas en nuestra relación con el progenitor y en nuestro desarrollo
cognitivo. A saber: gesticulación, relación entre rostros, intercambio vocal y
manipulación de objetos. De estos factores se derivan conceptos más complejos
como empatía y comunicación. Si queremos considerar al bebé piavoliano como la humanidad destilada
de Pessoa, tenemos que empezar por aquí. En cualquier caso, estamos frente
a una humanidad bien distinta –evolutiva, mudable, plástica– de la
matemática y perfecta de Álvaro de Campos.
He hablado del niño y he olvidado al gato. La imagen que he
capturado pertenece al final del plano. En ese instante el sol ya ilumina la
escena. Pero no siempre fue así. Segundos antes hemos asistido a la iluminación
gradual de la misma, al viento ausente que descorrió la nube. El gato no era un gato al sol, sino un gato sin más.
Piavoli tuvo la humildad y la paciencia de esperar el consejo, ¡el soplo!, de
Pessoa. El gato y el bebé son los primeros seres vivos que aparecen en la
película, antes solo había paisaje y naturaleza muerta. En el Génesis se
tardó seis días, en Voci nel tempo
siete planos. Piavoli, como Dios, ha planificado la Creación. Este gato,
además, deja otro rasgo típicamente humano: la domesticación. Una domesticación
tardía e incompleta que tuvo en los pequeños felinos a unos de sus primeros
protagonistas. Felino que, de hablar, diría que ha sido domesticado solo porque
él ha querido, sin perder su independencia.
En uno de los pasados citados por Jean–Luc Godard, Didi–Huberman
recordaba la eterna dialéctica del cineasta. Para Didi–Huberman el montaje de
Godard hacía de toda imagen la relación de dos imágenes. Una relación situada
«allí donde están las contradicciones más agudas». Porque para Godard no había
o no hay imagen, sino imágenes fruto de un ensamblaje:
Tan pronto como hay dos, hay tres (…) la base es siempre dos, presentar siempre al principio dos imágenes en lugar de una, eso es lo que llamo la imagen, esa imagen hecha de dos, es decir, la tercera imagen.
Soy incapaz de saber o de imaginar cuál es la tercera imagen
que se desprende del ensamblaje de frases y planos aquí tratado. Después de ver
un gato al sol y recordar la humanidad, ¿qué viene después? No queda nada, recordar
y pensar la humanidad es saturarla y saturarse. Tal vez quede el cosmos, esto
es, nuestros huesos. O nuestros huesos en el cosmos. No hay aritmética
posible, no hay tercera imagen, no hay metafísica de mercadillo. Y si la hay yace
escondida como una sonrisa. He intentado recrearla y me resulta inconfesable por
indecible. La imagen no quiere formarse ni desplazarse, es la independencia
sináptica del gato. Está esperando a que el viento descorra otra nube. La
imagen espera la llegada de un vilano neural que nunca acontecerá. De
hacerlo, tendrá lugar en alguna sima sin sol del cerebro.
BIBLIOGRAFÍA
- AMABA, Roberto, "Franco Piavoli: Eppur si muove" en Kino Delirio. En presencia de una imagen, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2018, pp. 382-388.
- AMABA, Roberto, "Franco Piavoli en 8mm.", en Kino Delirio. En presencia de una imagen, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2018, pp. 389-391.
- AMABA, Roberto, Fragmentos para una fisiología de la imagen, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2017, pp. 8-9, 34-35, 62-66, 96-97, 164-165, 174-175.
- DIDI–HUBERMAN, Georges, Pasados citados por Jean–Luc Godard, Santander: Shangrila Textos Aparte, 2017, pp. 57–58.
- MATSUZAWA, Tetsuro, Origins of the human mind, Curso impartido por la Universidad de Kioto, noviembre del 2016, 4ª semana.
- MOURIÑO, José Manuel; RUIZ de SAMANIEGO, Alberto; SÁNCHEZ USANOS, David, Pessoa/Lisboa, Madrid: Círculo de Bellas Artes, 2016.
- PESSOA, Fernando, Libro del desasosiego, Barcelona: Acantilado, 2002, p. 402.
- RIDLEY, Matt, Qué nos hace humanos, Madrid: Taurus, 2004.
IMÁGENES
Voci nel tempo
(Franco Piavoli, 1996)